Ayacucho muere con cada niño con anemia. Ayacucho muere con cada político corrupto, que se roba los recursos en vez de que se utilicen en ayuda de la comunidad. Ya tenemos más de mil casos de corrupción solo en 2022.
La madre no quiso que publiquemos su identidad, por la vergüenza que la situación provoca. Sin embargo, nos vemos en la obligación de hablar de la realidad de la anemia. Que, por desgracia, también es un problema político y de corrupción.
¿Por qué los políticos no enfrentan las verdaderas urgencias sociales?
Porque simplemente no nos ven. Hoy uno de cada dos niños sufre de anemia infantil, pero nos ignoran, no quieren vernos. Es mejor para ellos llevarse los recursos para la casa o ayudar a sus amigotes. Mi hijo sufre mientras los políticos roban. De qué sirve que hagan planes de nutrición, si tenemos problemas con el agua. Los nutrientes que consumen nuestros hijos se van en la diarrea. Comida hay, es muy difícil que nos falte comida en el Perú, pero no superamos la falta de nutrientes.
¿Se puede salvar a Ayacucho?
Claro que se puede. Pero tenemos que hacer las cosas distinto. Dejar de lado las mentiras y las grandes ofertas de los políticos. Debemos dejar de lado los programas que no funcionan y preocuparnos genuinamente por las necesidades ayacuchanas. Debemos elegir mejor, preocuparnos de que no nos roben, porque nos roban el futuro.