El año pasado Ayacucho perdió 542 millones de soles y se ha encontrado responsabilidades administrativas, civiles y penales en más de 172 funcionarios de las entidades del gobierno nacional, regional y local, sin embargo, la realidad ayacuchana no ha cambiado este año, pues hasta la fecha hay al menos 120 obras paralizadas en la región, por lo que la cifra perdida en estas obras ya asciende a más de 230 millones de soles.
Lo más importante hoy es resolver cada una de esas obras para el pueblo ayacuchano. El peor negocio es tener una obra paralizada, lo cual implica botar toda la plata que se ha invertido en ella y que todos sabemos que va a parar al coimero de turno.
Por el bien de Ayacucho, necesitamos que las obras se terminen, pero nuevamente estamos en las noticias porque se roban la plata. ¿Qué podríamos haber solucionado con más de 230 millones de soles mal utilizados?
Podríamos haber combatido a la delincuencia, haber invertido en cámaras, luminarias, guardias o haber combatido el tráfico de drogas. Podríamos haber combatido la anemia infantil o haber tenido mejor acceso al agua potable. Pero no, nuevamente los millones fueron a parar al bolsillo del coimero de turno. Así no se puede. Se tienen que ir todos y a la larga, nosotros somos los responsables.