Los ayacuchanos enfrentamos problemas urgentes. Los niños padecen hambre. Escuelas deterioradas. La atención sanitaria es deficiente y escasean medicamentos. El frío ya comenzó, trayendo enfermedades respiratorias. Las lluvias continúan, destruyendo hogares. Varias zonas están en riesgo de inundaciones.
Ante esta situación, el Gobierno permanece indiferente, interviniendo tardíamente. Carecemos de autoridades que prevean riesgos; solo buscan figurar en fotografías después de las catástrofes. El gobierno regional y central ha declarado estado de emergencia en 25 distritos por 60 días. ¿Pero esto resolverá el problema?
Los distritos afectados pertenecen a Cangallo, Huamanga, Huanta, Lucanas, Parinacochas, Páucar del Sara Sara, Sucre, Fajardo y Vilcas Huamán. Las lluvias son recurrentes. Las autoridades siempre reaccionan tardíamente. En localidades como Chuschi, Ayacucho, Sivia, Puquio, Coracora y Vilcas Huamán se implementarán medidas excepcionales ante el peligro inminente de nuevas precipitaciones torrenciales.
No previenen. No escuchan. Sufrimos las consecuencias de su mala gestión y procrastinación. Nuestros impuestos financian sus salarios y planes. Los ciudadanos carecemos de recursos para prevenir estos fenómenos, y sin apoyo estatal en infraestructura, nos resulta difícil trabajar y mantener a nuestras familias.