viernes, noviembre 21, 2025
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SOLDADOS ENFRENTAN A LOS HEREDEROS DEL TERRORISMO

Ayacucho volvió a escuchar el sonido de las balas. En la zona de Pucacolpa, provincia de Huanta, las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional del Perú sostuvieron un intenso enfrentamiento contra remanentes de Sendero Luminoso que aún operan en el corazón del VRAEM, bajo el mando de subversivos conocidos como “Anselmo”, “Cenia”, “Laura” y “Maruja”.

La operación —denominada “Sinchi Makay II”— movilizó a patrullas combinadas del Ejército y la Dircote, con apoyo del Ministerio Público. Durante el intercambio de fuego, tres efectivos resultaron heridos, aunque se encuentran fuera de peligro. Las autoridades confirmaron también bajas entre los terroristas, sin precisar cifras, y la destrucción parcial de su campamento.

El Comando Especial VRAEM detalló que las fuerzas del orden continúan con el operativo de cerco, destinado a neutralizar las redes logísticas y narcotraficantes que siguen financiando a estos grupos criminales. En paralelo, en la provincia de La Mar, se destruyó un laboratorio de cocaína y se decomisaron 240 kilos del alcaloide, además de toneladas de hoja de coca e insumos químicos.

El VRAEM sigue siendo la herida abierta del Perú: un territorio donde el narcotráfico y el terrorismo se alimentan mutuamente, donde la droga se convierte en dinero, y el dinero en armas que apuntan contra nuestra gente.


Estos remanentes senderistas ya no tienen ideología: son parte del crimen organizado internacional, que trafica con cocaína, armas y personas, y que busca desestabilizar al Estado para seguir enriqueciéndose con el dolor de los peruanos.

Pero frente a ese enemigo, nuestros soldados y policías siguen en pie, defendiendo el país en silencio, entre el monte y el fuego cruzado, mientras muchos en Lima prefieren mirar hacia otro lado.


Son ellos quienes ponen el cuerpo, mientras los burócratas discuten y los políticos hacen campaña con discursos vacíos.

El Perú necesita entender que sin seguridad no hay desarrollo, ni justicia, ni futuro.
Fortalecer a nuestras Fuerzas Armadas y a la PNP no es una opción: es una urgencia nacional.

Porque solo un país que respeta y apoya a quienes lo defienden podrá cerrar el ciclo del miedo, del narcotráfico y de la corrupción.


Defender a quienes nos defienden también es parte del Cambio de Ciclo.

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