Eso pasó en Chile. Hicieron una constituyente y tiraron su plata a basura. Armaron un circo desde cero, financiaron a los payasos y el pueblo les dijo que no. Quemaron 77 millones de dólares, unos 300 millones de soles. Eso costó la aventura que no solucionó nada. Los políticos de siempre siguen ahí mismo y en gran parte porque la izquierda radical se tomó el proceso.
Apenas perdió la opción de Aprobar la nueva constitución mejoró la economía. Bajó el dólar, se disparó la bolsa. Volvió brevemente la estabilidad.
Los chilenos nos dieron un buen ejemplo: Evitó que les demolieran la casa, se atrevieron a influir y a decirle que no a la solución de los políticos. ¿Se imaginan que ese mismo dinero se usara para solucionar nuestros problemas reales?
No gastemos lo que no tenemos, que la plata se use en el combate de la anemia y la delincuencia. No la botemos.